De compras por Buenos Aires

Wednesday, November 08, 2006


Murillo: el emporio del cuero (para comprar cuero en Buenos Aires) Sobre esta calle porteña y sus alrededores conviven 50 locales de venta de indumentaria en cuero. Un polo que atrae clientes con precios de fábrica y variedad de alternativas en calidad y diseño.

En pleno corazón del barrio porteño de Villa Crespo, hace alrededor de 20 años nació la "zona del cuero". En las tres cuadras que van del 500 al 700 de altura de la calle Murillo, más los alrededores, se sitúan cerca de 50 locales dedicados a la venta mayorista y minorista de prendas de marroquinería. Ofrecen, principalmente, camperas de una amplia gama de diseños y calidades.

El iniciador casual de este polo de compras fue la firma Murillo 666 cuando, en 1985, se instaló en esa calle para vender su mercadería al público, al mismo precio que a los distribuidores o los compradores al por mayor. El comercio se convirtió en un referente para quienes buscaban esos productos y terminó atrayendo a la zona a otros jugadores del rubro.

"Comenzamos en la actividad del cuero, en 1982, en la calle Gurruchaga, donde vendíamos al por mayor y a la exportación. Al crecer, tuvimos necesidad de mudarnos a un local más grande. En Murillo conseguimos un espacio de 1000 m2. En esa época, no había locales de ningún tipo", cuenta Luis Wolfsohn, propietario, junto a su hermano Nelson, de Murillo 666.

En 1987 anexaron la venta minorista, manteniendo los precios mayoristas y una "muy buena calidad". Hoy día triplicaron la superficie en el lugar y dedican 500 m2 a exponer sus más de 150 modelos de camperas, para todas las edades, en diez colores distintos. También confeccionan sillones y accesorios en cuero. Y allí mismo funciona la fábrica.

"En 1991, al ver nuestro éxito, se empezaron a acercar algunos comerciantes para captar al público que venía a nuestro negocio. En un primer momento el fenómeno nos resultó negativo, porque aumentaba la competencia, pero después se transformó en un hecho positivo porque definió la zona y aumentó la concurrencia", dice Wolfsohn.

Recién en 1996 la calle tomó forma de paseo de compras, con la apertura masiva de negocios relacionados. De Murillo al 600, se extendió al 500 y luego a las calles aledañas: Acevedo, Malabia y Scalabrini Ortiz.

Más ventas
El crecimiento explosivo de Murillo se plasmó en los últimos cinco años, con un 30% más de visitas. Se prevé la apertura de nuevos locales hacia Gurruchaga.

La franja de Murillo fue distinguida como "calle de interés turístico" por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que renovó y mejoró la iluminación pública y colocó vigilancia permanente.

Basic Genuine Leather tiene 13 años de trayectoria en el lugar. Los orígenes de esta Pyme se remontan a 1973, en el barrio de Palermo. "En 1993 éramos cuatro gatos locos en Murillo, pero decidimos venirnos porque la zona prometía crecimiento", cuenta Ricardo Kristal, el propietario.

Hace seis años inauguraron una segunda boca de expendio con otra marca, para captar mayor cantidad de clientes. En su espacio de 50 m2, ofrecen más de 30 modelos de camperas, tapados y pantalones. Sus abrigos cuestan entre $ 210 y 260. Y hacen prendas a medida en tan sólo dos horas.

Es habitual que un mismo propietario posea dos o más locales en la zona o en otras localidades, tanto con una misma marca como con una insignia diferente, para diversificar propuestas.

El Paseo del Cuero tiene dos puntos de venta sobre Murillo: uno al 500 y el otro al 400. Jaime Waldman, el apoderado de la firma, dice: "Son diferentes porque varían el estilo de los productos y cómo se los exhibe".

Garantía de por vida
Es un negocio con 70 años de antigüedad y experiencia que va por la tercera generación familiar y que garantiza su mercadería de por vida. El emprendedor eligió Murillo por "la concentración de oferta y la concurrencia de publico atraído por ella".

Kitaro Cueros nació en la calle Forest y hace diez años se instaló en una de las atractivas y llamativas esquinas de Murillo y Acevedo. Más tarde, además, abrió una sucursal más chica frente a la central. Mariela Peñaflor, encargada de la empresa, dicen que sus pilares son "la mayor cantidad de productos y variedad de diseños exclusivos, estampados y tipos de pieles".

Ofrecen cerca de 300 modelos, para hombres y mujeres, en cueros de vaca, cabra, pecarí (cerdo), oveja, carpincho y conejo. "Nosotros no nos manejamos con ofertas y liquidaciones ya que priorizamos la calidad. La gente sabe apreciar lo bueno", completa Peñaflor. Las camperas cuestan entre $ 300 hasta más de $ 1.000 según la cantidad de material utilizado y las costuras y detalles de terminación. Por eso los abrigos para hombres son más caros, ya que, generalmente, tienen un mayor tamaño y, en consecuencia, más materia prima.

Los comercios ubicados en las calles aledañas, como Malabia y Acevedo, son de dimensiones más pequeñas. Muchos de estos locales apuntan a atraer a la gente por medio de ofertas o liquidaciones.

La mayoría de los consultados coincide en que la principal condición para realizar ventas es brindar la mejor atención al público. Una campera de cuero, es un ejemplo de lo que se considera un bien suntuario, es decir, no imprescindible. Y la gente se toma su tiempo para decidir el gasto. "Los clientes piden que uno los convenza de llevarse los que les gustaron", dice Peñaflor.

Sobre el punto, también está de acuerdo Alejandro Cortes: "Hay que ser muy buen vendedor y muy cordial. Eso es lo que busca el público", asegura el flamante dueño de Estilo Maya, inaugurado hace unos cuatro meses y ubicado sobre Malabia, paso por donde circulan varias líneas de colectivos. Este emprendedor se volcó al negocio del cuero hace más de diez años, ayudado por su padre, un fabricante de indumentaria en ese material.

En su local de 48m2 distribuido en dos pisos, exhibe 40 modelos diferentes de camperas, más accesorios como carteras, billeteras, cinturones y gorros.

La mayor afluencia de público se concentra los viernes y sábados. El horario de atención es desde 10 a 20 horas.

Un local en el área de Murillo puede vender un promedio de entre 5 y 15 camperas diarias. El margen de ganancia neta obtenida por operación puede variar del 30% al 80, lo que depende de si el comerciante es o no fabricante del producto.

Todo al diseño
Uno de los casos que se propuso como misión distinguirse especialmente de la oferta de la competencia, con un diseño personalizado y un precio de liquidación es Almacén de Cueros. Nacida hace cuatro años, la firma apunta a crear una marca reconocida en la venta minorista del rubro. Por eso, ofrece sus productos en free shops y centros turísticos. Por ahora, cuenta con dos locales, uno de ellos abierto hace tres meses en en Murillo al 700, como outlet, en una superficie de 60m2. Permanentemente tratan de captar clientes por medio de promociones y descuentos con tarjetas de crédito y de fidelización.

"Ofrecemos artículos variados realizados en cuero —de ahí surge nuestro nombre 'almacén'—, pero en ediciones limitadas y según la necesidad del cliente. Apuntamos a un diseño de categoría, con distintas terminaciones, brillos y acabados", resume Eduardo Litvak, apoderado de la empresa. Como muestra de esta especificidad artística, creadores como Vero Ivaldi y Mariano Toledo, entre otros, han diseñado prendas para la firma Almacén de Cueros.

El formato de outlet apunta a posicionar la marca, mostrar y renovar las confecciones. Entre lo ofrecido en esta piel, además de la ropa, resaltan productos llamativos como pelotas, bolsos, juegos, y artículos de decoración.

El costo de un alquiler en el área, de un local de 40m2 a 80m2, va de los $ 2.500 a los 6.000. A esto se le debe sumar el precio de equiparlo con un stock básico de mercadería, de unas 200 camperas, que puede oscilar en su valor en cerca de $ 50.000.

"La competencia nos obligó a ser más eficientes en todos los procesos, a una mayor diversificación y la ampliación de la oferta", concluye Wolfsohn.

En los últimos cinco años, el flujo de compradores se incrementó un 30% y la cantidad de propuestas de locales se duplicó. Esto se debe, en parte, a que para promocionar la zona algunos propietarios se agruparon, creando así el "centro del cuero".

Las acciones que realizan los locales son puntuales: traer al lugar a los turistas en combis, organizar un desfile anual en la calle, y colocar publicidad en algunos medios puntuales para fomentar las visitas. Todo ayuda.

Pero el posicionamiento de los negocios se orienta a realizar publicidad en gráfica y colocar placas en los programas más vistos de la televisión, antes de cada corte comercial. También la promoción boca a boca y la conveniencia de los precios hacen su parte.

-Existen alrededor de 50 locales en la zona de la calle Murillo. Cada uno suele ocupar, en promedio, un espacio de 60 m2. -Para atraer clientes —y competirle a la calle Florida— venden a precios mayoristas. -Otras claves son ofrecer variedad de diseños y calidad, más una atención personalizada. -Como estrategia para captar más clientes, es común que un mismo dueño tenga más de dos locales en el área. En especial, bajo diferentes marcas identificatorias. -La concurrencia de compradores aumentó un 30% y se duplicó la cantidad de locales en los últimos cinco años. Hay proyectos para inaugurar nuevos locales en la cuadra de Murillo cortada por Acevedo y Gurruchaga (hace alrededor de un año ya se abrieron los primeros siete). -Se puede conseguir una campera de cuero a precios que oscilan entre $ 210 y 1.200. La cifra depende de la cantidad y calidad de la materia prima utilizada, la terminación y los detalles. -Los turistas son compradores fundamentales: el repunte de la zona en los últimos años está directamente vinculado con el aumento del turismo receptivo.

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